Para los ciudadanos de Melilla y de la vecina región marroquí de Nador, la vecindad existe desde mucho antes de que la Unión Europea hablase de ella. De forma casi espontánea y sin prácticamente ningún amparo oficial, ciudadanos de Melilla y Nador llevan poniendo en práctica desde hace muchos años lo que ahora es toda una Política Europea, la de Vecindad.Es verdad que esta vecindad -como todas- genera problemas y es mejorable en muchos aspectos pero las relaciones existentes entre españoles y marroquíes de ambos lados de esta frontera nos muestran que, pese a todo, son beneficiosas para estos ciudadanos; de lo contrario, sencillamente no existirían.Quizás por ello, por que la vecindad se ha vivido siempre como algo cotidiano, existía un alto grado de desconocimiento de la Política Europea de Vecindad y de las posibilidades que ofrece a regiones vecinas. Desde Fhimades vimos que había una clara necesidad de potenciar el conocimiento, no sólo de la Política Europea de Vecindad en sí, si no también de su antecedente inmediato -Barcelona- y de forma más amplia de lo que conocemos como Política Euromediterránea.La oportunidad para el curso con este contenido era clara, especialmente en este punto del mapa.

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